TOLLO II ‘atolladero’, ‘hoyo’, voz regional del Oeste y del Este, hermana del cat. toll ‘charca’, ‘cadozo’, junto al cual existe el verbo del castellano común atollar y el port. atolar ‘atascar’; de origen incierto: es probable que el verbo derive del sustantivo, como sugiere el catalán, donde el verbo no existe y toll es de uso general; en este caso tollo podría venir del céltico TŬLLON ‘hueco’, ‘hoyo, agujero’.

1.ª doc.: Aut.

Con la explicación «tollo llaman en algunas partes el atolladero» y «hoyo formado en la tierra, del qual usan los cazadores para ocultarse a la vista de la caza». Parece haber sido siempre palabra regional, que es lo único que puede explicarnos su llamativa ausencia de las fuentes léxicas medievales y clásicas. Sin embargo, que debió de existir desde muy antiguo, se deduce del derivado tollar, que vemos documentado en una escritura aragonesa de San Victorián, de 1096: «uno molino de lo Tollare... molinos de Cinca ad illo Tollare» (M. P., Oríg., 349); el artículo nos muestra que era apelativo, y el contexto prueba que se trata de un derivado de tollo en el sentido catalán de ‘lugar profundo en un río’. En doc. leonés de 996 se habla de un molino mayor sito «in Tollia, juxta ecclesia Sancti Cipriani» (Vignau, Índice, n.º 765), lugar mencionado otra vez en doc. de 1027 (n.º 824); en otro de 1042 (n.º 866) el nombre Tolia se aplica a un río situado en los mismos lugares y afluente del Cea: es probable que todo esto proceda también del apelativo tollo en su forma femenina a que me refiero luego1. Hasta hoy es conocido Tollo, pueblo de la prov. de Santander (en terreno lleno de valles y arroyuelos, según Madoz), llamado Tolio en doc. de 1052 (Vignau, n.º 951). Hoy es vivo el vocablo en varios dialectos leoneses y aragoneses: arag. tollo ‘charco formado por el agua de lluvia’ (Acad. 1925, no 1884), salm. tollo ‘barro’ (y tolloso ‘fangoso’), sanabr. tollo ‘lodo’ (Krüger, Dial. de S. Cipr.), Miranda tolho ‘lodo’ (Leite, Philol. Mir. II, 29), Bierzo tollo ‘barro o lodo’ (G. Rey), Astorga tollo «masa semifluida o lodazal que se forma en los caminos con el polvo y las lluvias».

En catalán hallamos tll lleno de lozanía en todo el territorio continental de este idioma. El sentido puede ser ‘charco formado con el agua de lluvia’, como en aragonés2, y aun podrá llegar a «atolladero» (según el dicc. valenciano de Sanelo, S. XVIII, de lo cual no tengo confirmación), pero lo más corriente es que se aplique a un lugar profundo de agua limpia: un cadozo o charca honda en el curso de un río, ac. registrada en muchos lugares de Bages, Cardener, Ripollés, Andorra, Pallars, Ribagorza, Segarra, Anoia, Bajo Urgel, Bajo Aragón y en Vinaroz, pero que se prolonga más al Sur, hasta la Huerta de Valencia y montañas de Alcoy3; por otra parte, también puede ser una balsa grande que sirve de lavadero público: así en el Cardener, en Tremp, Senet, Tamarit (Krüger, Die Hochpyr. A II, 378) El vocablo es conocido en todo el territorio donde se habla catalán, pero menos vivaz en las comarcas gerundenses y baleares, de donde no tengo datos que prueben el uso como apelativo, de acuerdo con la total ausencia del vocablo en tierras francesas: mis últimos datos se detienen en la Cerdaña, en Vidrá (alto Ter) y a lo largo del curso del Llobregat. Más allá de este río aparece, sin embargo, en la toponimia, y aun en la toponimia menor y provisto de artículo: El Tll masía cerca de Moià, Rec del Ti en Vidrá, Els Tis de la Forcarà juncal junto al Ter en Sant Pau de Seguries; en Mallorca Cap des Toll cerca de Manacor (BDLC II, 352). Además Tol·lo, con l geminada, es nombre de una importante partida de la huerta de Cullera, donde hay un antiguo estanque o laguna, el «Estanyet del Tol·lo». Preciosa forma mozárabe que comprueba que al menos en ciertos dialectos de este lenguaje se conservaba la -LL- etimológica como l doble sin palatalizar, de lo cual hay varios indicios en otras partes.

Es lástima que no tengamos más documentación de estas zonas, donde se distinguen, como en castellano, los resultados de LL (> ll), de los de L? o CL (> ȳ), y los pocos datos son contradictorios, dos de ll y dos de i4. A éstos correspondería, no sólo por la forma, sino por el sentido, el burgalés y palentino tojo «lugar manso y profundo de un río: cadozo» (Acad.); comp. ast. toyu «agujero, a modo de ánima, que tiene el cañón de algunas llaves de cerradura» (V), Sajambre tuyo ‘hoyo’, Fz. Gonzz., Oseja, p. 365, quien cita tujo y tojo en otras hablas leonesas, gall. trollo ‘barrizal, bache delante de una casa’ (RL VII, 218). Mi documentación catalana es toda moderna, seguramente por falta de atención al vocablo, pues ni siquiera es seguro que tolls en el dicc. de rimas de Jaume Marc (lín. 1446, comp. 1219) se refiera al que nos interesa; pero en nombres de lugar aparece desde muy antiguo: el pueblo cerdano de Estoll, con aglutinación del artículo IPSE, ya aparece en la forma Estolle en 832 en el Acta de Urgel, y Estol o Estoll en muchos textos de los SS. XI, XII y XIV; en tierras valencianas hay, con forma mozárabe, el pueblo de To!llos en el partido de Cocentaina, y una partida Els Tollos en el término de Alzira.

Si la forma catalana al fin y al cabo es equívoca en cuanto a la procedencia de la ll, y en rigor podría decirse lo mismo del castellano, puesto que el vocablo es vivo sólo en León y en Aragón (aunque en la mayor parte de León esperaríamos toyo si el étimo tuviese L? o CL), las formas portuguesas postulan indiscutiblemente LL. En Portugal sólo encontramos los derivados atoleiro «chƟo muito embebido em água, que cede fácilmente ao passo, ou coisa pesada, e a recolhe e prende em si», documentado desde el S. XVI por Moraes, atolar «meter no atoleiro», «ficar metido, embaraçado e peyado no atoleiro», atolar-se «ficar preso no atoleiro, vasa, pantano», documentado desde comienzos de este siglo, en Camoens y en las obras de Ferreira de Vasconcelos. Atoleiro será alteración de *toleiro por influjo de atolar, y así derivará directamente del preliterario *tôlo, desaparecido por la homonimia con el adjetivo tôlo ‘necio’: en efecto en Salamanca persiste tollero «atolladero, tremidero» (Lamano), tollaceiro en el Bierzo. Confirma el gallego la -LL- y el enlace de estas voces con tollo: gall. tola ‘el segundo canalcito que se saca de la presa’ (CaG. 196r), Pontevedra tôla (de agua) ‘el tanto de agua que le toca a uno para regar’ (se queja de que han quitado su tola) (y secundariamente «montón de ceniza y leña de las rozas que se han de quemar», Sarm. CaG. 101v, cf. abajo entullo), Tuy un atol (mal escrito hum-hatol, pero no será fem.) ‘el conducto que se cierra o abre para derivar el agua’ (y tola en Pontevedra) (Sarm. CaG. 217v, 226r).

Por lo demás también en lengua castellana ha sido siempre más vivaz, o por lo menos más general que el sustantivo tollo, el verbo atollar: está ya en Nebrija («atollar en el lodo: in luto haesito»), lo emplea muy poco después Lucas Fernández («por eso duerme y resolla / bien como burra que atolla») y en Fr. Ant. de Guevara («Muerte yo diría que es un atolladero do atollan todos los de esta mísera vida»), y desde entonces es frecuentísimo, vid. DHist. y Cuervo, Dicc. I, 753-5. Esto sugirió a Cuervo la idea de que quizá tollo y tolla se sacaran de atollar antes que lo inverso, y en efecto, esta idea no se puede descartar del todo; pero es muy improbable a causa del catalán, donde un verbo atollar ni siquiera existe, o por lo menos no es usual: ahora bien, ahí es precisamente donde el sustantivo toll es más vivo y con raíces hondas en la toponímia y en todo el territorio lingüístico. Por lo demás, ya he dicho que en portugués el sufijo de (a)toleiro postula el sustantivo *tôlo, y lo mismo hay que decir en castellano de atolladal o atolladar, vivos hoy en Extremadura: aquél es tan antiguo como el verbo, pues lo da Nebrija como equivalente de lamedal, y atolladar se lee en varios textos del S. XVI (DHist.); está claro que se trata de leves alteraciones (bajo el influjo de atolladero) del primitivo tolledal, -ar, derivados directos de tollo, como lamedal de lama o lodazal de lodo.

En vista del legajo documental que acabo de exponer, estoy de acuerdo con M-L. (REW, 8971) y con M. L. Wagner (Festschrift Jud, 544-6) en que estamos ante una familia típicamente iberorrománica, ajena a los romances de Francia e Italia5. La falta total de voces afines en el Sur de Francia6 obliga, como observa M-L., a separar nuestro vocablo del fr. ant. toöillier, toëillier ‘agitar, revolver, mezclar’ y luego ‘revolcar’, ‘revolcar en el lodo’, ‘ensuciar, mancillar’, voz muy viva desde el S. XII hasta el XVI inclusive. El sentido de ‘revolcar en el lodo’ es frecuente indudablemente: «car s’il trouvoit un puiriel / comme un pourciaus s’i tooilloit» (Renart le Nouvel), «se... il foule ou toaille en la boe» (Ch. de Tournay), y todavía es conocido de Ronsard7; hoy touiller subsiste en el Centro para ‘enlodar’ (Jaubert), en Charnpaña para «tourner et retourner, culbuter, mélanger, troubler» (Goffart, Rev. de Champ. et de Brie, 1888, 695-6). Sabido es que procede de TUDICULA, -UCULA ‘espumadera’. Pero que de ahí pueda salir el cast. atollar y el cat. toll sería ya difícil de concebir semánticamente: los tolls catalanes son los lugares más limpios del río, pues el agua está allí quieta, y aun atollar ‘atascar’ está muy lejos de ‘revolver’, pero además es inverosímil dada la ausencia de todo nexo occitano, e imposible fonéticamente por la -l- portuguesa.

Creo, pues, que esta idea, apuntada vagamente por Cuervo y defendida por Sainéan (Sources Indig. II, 140) y Spitzer (ZRPh. XL, 215-16), puede desecharse definitivamente8. Pero la etimología de M. L. Wagner no ha sido más afortunada: parte este autor de un lat. *TULLUS que podría deducirse de la forma documentada TULLIUS. En realidad, apenas puede decirse que haya tal palabra en latín: se trata de una curiosidad de lexicógrafos, cuyo sentido ni siquiera consta seguramente, pues así se expresa Festo, nuestra fuente principal: «tullios alii dixerunt silanos, alii rivos, alii vehementes projectiones sanguinis arcuatim fluentis, quales sunt Tiburi in Aniene». Echando mano de todos los recursos de las oficinas del Thesaurus L. Latinae ha logrado Wagner agregar otro par de citas, si bien como él mismo reconoce, la de San Isidoro es copia de Festo, y en cuanto a Plinio, no hay más que una conjetura de editor; a pesar de todo, si damos todo esto por seguro llegamos a la conclusión de que los tullii eran unos chorros de agua que brotaban en el río Anio al pie de Tívoli: se trataría, pues, de una palabra estrictamente local, quizá solamente un nombre propio de lugar; un préstamo del etrusco según opinión de los especialistas. Que una palabra así, extranjerismo de un paraje aislado, pudiera sobrevivir en España, sería ya mucho conceder, y nadie comprendería cómo esta palabra etrusca habría ido a enquistarse en país tan lejano, pero lo comprenderíamos todavía si tullius significara lo que el iberorromance toll(o). Mas no siendo así, no vale la pena hablar más. Si Wagner dió en esta idea, fué seguramente desorientado por una afirmación de Sainéan, quien cita un cat. doll ‘atolladero’, y como esta palabra catalana significa ‘chorro abundante’, según es bien conocido, parecía formar un nexo entre tullius y el cast. tollo. Pero el tal doll ‘atolladero’ lo encuentra Wagner sólo en el pésimo diccionaruelo catalán de Saura, no en las fuentes autorizadas, y es natural, pues tal significado no existe, y se debe sólo a una confusión individual que cometió este mal lexicógrafo entre doll y el cast. tollo y atolladero. En cuanto a do!ll ‘chorro grueso’ es palabra conocidísima, pero desde luego sin relación con tollo o toll: su ll se pronuncia i en catalán oriental (luego procede de L? o CL), y estudiaré detenidamente su origen en mi DECat., pero desde luego es probable que sea lo mismo que doll ‘botijo o cántaro grande’ (por el chorro que echa éste), procedente de DOLIUM. Sea como quiera, no mezclemos con nuestro problema otras palabras, diferentes, como ya se ve por su sentido y su letra inicial.

Desbrozado así el camino: ¿queda alguna etimología posible para tollo y el cat. toll? Ninguna se ha propuesto hasta ahora, mas pues que tollo vale ‘hoyo en que se ocultan los cazadores’ y el cat. toll es un cadozo hondo en el cauce de un río9, hay una semejanza verdaderamente llamativa con el nombre céltico del ‘agujero’: galés twll m. «foramen», bret. toull m. «trou», irl. ant. y mod. toll, que como adjetivo significa ‘hueco’ y como sustantivo neutro ‘hoyo’ y ‘agujero’: los lingüistas están de acuerdo en atribuirlo a la raíz indoeuropea TU- o TU(K)- ‘golpear’, e indican como probable una base lejana *TŬKSLOS10, que ya en el céltico continental pudo asimilarse en *TŬLLOS11, tal como en las lenguas insulares hermanas. No hace mucho J. U. Hubschmied12 señaló una supervivencia del femenino *TULLA en dos nombres de río suizos, la Zulg y la Suld, documentados muchas veces desde el S. XIV en la forma Zulla aquél, desde 1306, Zulle éste desde 1360. Jud calificó esta idea de «hallazgo importante» (VRom. V, 295). Sabido es que la T- se cambia regularmente en z-. Ya anteriormente había yo pensado en la semejanza del cat. toll con el irl. toll, y la observación de Hubschmied de que en Bretaña hay nombres de arroyos formados con toul (Touldu, de du ‘negro’, en el Morbihan), y su explicación del nombre de los ríos suizos, me parecieron datos sugestivos para nuestro problema, a pesar de que Hubschmied no hace referencia al iberorromance13. De ‘agujero’ se pasó a ‘cadozo’ o a ‘bache, hoyo de fango’, comp. el fr. fondrière ‘barrizal’.

GdDD 2330 mezcla diversos vocablos pertenecientes a cuatro o cinco familias diferentes, sin relación alguna, con el objeto de apoyar su etimología DĶLIUM ‘tina’, de evidente imposibilidad fonética.

DERIV.

Tolla [Acad. 1925, no 1843], cat. tolla ‘cadozo, charca’, muy vivo en el Alto Pallars y hermano del helvético TULLA, que acabo de citar; a menudo este femenino funciona como aumentativo: en Camarasa y zona de Balaguer llaman la Tolla a los grandes embalses hidroeléctricos del Noguera Pallaresa.

Tollón. Tolladar ‘atolladero’ (Acad. ya 1843), comp. atolladar, -al, arriba. Atollar [Nebr., V. arriba]; atolladero [h. 1530, Fr. Ant. de Guevara]; atollancar and. Atollador, nombre de un arroyo en Cuba (Ca., 165).

1 Según el índice de Vignau el nombre en fuentes más modernas es Toya, que falta en Madoz.―

2 «En tot t’afiques, hasta en los tolls», frase aplicada a los entremetidos en Castellón de la Plana, Borràs i Jarque, Bol. de la Soc. Castellon. de Cult. XV, 244. Es común en el Principado.―

3 «L’ànec peixive en tal toll» tengo anotado en Tor (Alto Pallars), hablando de un lugar del río. Un toll es lugar importante en el sistema de acequías de Alboraia (Huerta valenciana, BDLC XII, 298). «El peixcador de canya / quant del toll trau l’anguila» en Martí Gadea, que era alcoyano (Tèrra del II, 102). «Toll: sot i dipòsit d’aigua que es forma en els rius» en Pena-roja (Bajo Aragón). Toll de Lòpez y otros muchos en el curso del río Siurana, afluente del Ebro. Además vid. Ag. y Griera.―

4 No es de creer que en aquéllos haya influencia barcelonesa, pues la capital está ya en la zona donde toll es poco popular.―

5 En este país no estoy seguro de que no exista alguna supervivencia suelta, en vista de Servigliano (Marcas) ntollà (presente ntóllo) «impillaccherare», o sea ‘llenar de salpicaduras de lodo’; pero el sustantivo tullu «grumolo, girello (di carciofo ecc.)», usual en la misma localidad (ARom. XIII, 261, 270), se aparta tanto del significado hispánico que produce el efecto de una semejanza casual.―

6 Un Touille pueblo de la Haute-Garonne, y un Latouille-Lentillac del Lot, están aislados y vendrán de algo muy distinto semántica y etimológicamente.―

7 Léase su epitafio de Rabelais: «Et se couclioit tout plat à bas, / sur la jonchée, entre les taces, / et parmi des escuelles grasses, / sans nulle honte se touillant, / alloit dans le vin barbouillant, / comme une grenouille en la fange» (Rev. des Ét. Rabelaisiennes I, 205).―

8 Sainéan afirma audazmente que toll viene del fr. ant. toil «bourbier», voz que no parece existir; Spitzer, a quien consta bien que el sentido de to(o)il es ‘agitación, desorden’ o ‘pelea sangrienta’, cita un pasaje del Chevalier de la Charrette donde parece indicar un charco de sangre, lo cual no es seguro, pues el otro pasaje de ese texto que cita Godefroy a continuación parece confirmar que signifique ‘confusión’ aun allí, como cree el lexicógrafo; aun si fuese realmente ‘charco de sangre’ está esto lejos del cat. toll.―

9 Está fuera de dudas que este tránsito semántico es natural y corriente. En la Ribera del Júcar, en lugar de toll o ‘cadozo’ se dice clot (‘agujero en el suelo’ en el uso general catalán): el Clot del Barranc en el río Albaida, en Castelló, el Clot de Murrió y el Clot de les Burres en el Júcar, en Antella, y otros muchos.―

10 Comp. gr. τύχος ‘puntero de picapedrero’, eslavón is-tŭk-nti «effodere»: Stokes-Bezz. 134; Walde-P. II, 615.―

11 Acerca de la etimología tukslo- del célt. tullo- no ha habido unanimidad, aunque ésta goza de preferencia: es la única que admite Pokorny IEW 1032, y si bien Stokes-Bezz. vacila entre ésta y otra, también con la otra parece posible que la forma TULLO- fuese ya la del céltico continental. Sabido es que tales reducciones son normales en latín desde fecha preliteraria (LOUKSNA > lūna, KSLA > āla), de suerte que también pudo ser responsable el latín hispánico de esta asimilación. Indicaré a este propósito otra etimología céltica inédita, que sin embargo me parece evidente: el galés trwm «gravis, tristis, maestus», córn. trom, bret. troum íd., irl. ant. tromm ‘pesado’, derivados de la raíz TRUD- ‘abrumar, poner en aprieto’ (lat. trudere, irl. troscaim ‘yo ayuno’), suponen un paleocéltico *TRUDSMOS, de ahí galo *TRU-MOS l>, del cual vendrá el oc. ant. trum ‘oscuro, lóbrego’ adj., ‘tinieblas’ m., voz de apariencia enigmática cuyo origen no parece haber estudiado nadie (comp. el origen semántica de LÓBREGO).―

12 Über Ortsnamen des Amtes Frutigen, Frutigen, 1940, p. 3.―

13 El burg. tojo y la variante cat. Toi podrían continuar un derivado *TULLION, si no se explican por una contaminación (como la del citado cat. doll). Dudo mucho que haya relación entre tollo y el arag. toble ‘lavadero’, ‘balsa cañamera’ (Caspe, BDC XXIV, 182). Tampoco está claro que la haya con el port. entulho ‘escombros, ripio’, gall. orient. ventullo ‘broza y cascotería que se saca de los edificios’ (Samos, Sarm. CaG. 140r) y Canarias entullo ‘broza, cascajo’ (BRAE VII, 335).